miércoles, 3 de noviembre de 2010

Juan Cárdenas (Juan Cárdenas


Los cuadros de este artista trastocan la realidad a la que estamos acostumbrados.
Juan Cárdenas rompe la lógica de la realidad con sus dibujos y pinturas de una manera tan sutil, que quien los mira apenas si intuye que algo no está del todo bien, aunque no pueda decir, a primera vista, qué trastoca la imagen. ¿Será que las paredes del estudio que dibuja se recortan de una manera anormal en el horizonte del cuadro?, ¿serán las sombras o las proporciones? Esto es parte de lo que se ve en La tradición, fuente contemporánea, que este veterano artista muestra en la sala de Exposiciones del Club El Nogal, en Bogotá. No importa cómo engaña al ojo (si usa distintos horizontes o puntos de fuga), las pinturas de Cárdenas absorben a casi todo el que las ve, por los mundos que propone. La gente se mete en los cuadros para tratar de descifrar qué pasa en ellos. Inevitablemente, se pregunta si esos talleres de artista que pinta con muchas puertas, como un laberinto, podrían ser factibles en la realidad o sólo son parte del 'mundo Cárdenas'. O de sus mundos, pues en varias obras aparecen unos dentro de otros. En Interior distorsionado (foto de la izquierda ), por ejemplo, se ve su imagen reflejada en un espejo convexo, mientras pinta su propia imagen que toma de ese espejo convexo. ¿Enredado? Nadie dijo que era fácil. Eso para quienes ven la pintura sin mucha teoría, pues para los iniciados, cuadros como Interior (arriba) recuerdan a Las meninas, de Velázquez. "Cuando Velázquez pintó Las meninas -dice Cárdenas- hizo un comentario sobre la historia del arte. Muchos han hecho comentarios sobre el arte y lo mío también, sólo que es más tarde". Como se sabe, el famoso cuadro fascina, entre otras cosas, por el uso de varias perspectivas. Así como Velázquez se pintó en Las meninas, Cárdenas se puso en su Interior, pero tomando fotos, lo que tiene un significado especial: "Lo importante, en este caso, es que en un momento dado los teóricos dijeron que no se podía pintar más porque la foto había reemplazado a la pintura. Todos creyeron y la pintura se fue acabando", explica. Por eso -en un giro tal vez irónico- introduce un fotógrafo en su pintura. "Lo que hago es trabajar con una cantidad de ideas que se han venido proponiendo en la historia del arte, como el surrealismo, las ideas metafísicas y la abstracción. Creo que muchas de ellas fueron olvidadas antes de haber sido suficientemente investigadas", dice el artista, que justifica así el tiempo invertido en su taller neoyorquino en estas pinturas, que muestran un mundo imposible de fotografiar -"pues sólo se puede fotografiar lo que existe"-, según recuerda-, pero que es perfectamente posible con su pincel. 


Cárdenas no compone sus obras sino que las construye y crea los espacios de sus cuadros de una forma geométrica y ordenada. Paralelamente, en ellos, la mirada se enfrenta con ventanas o marcos que dan la posibilidad de observar más allá, pero también de chocar y retroceder haciendo que el ojo de cada persona se dirija hacia otra dimensión de la imagen que es como un paisaje, pero bajo techo, un paisaje cerrado.

En esta exposición, en la que las obras contrastan con el espectador y su sistema de creencias, el artista hace referencia a la historia y al arte colombiano y europeo. Sus representaciones están conectadas con circunstancias particulares y con diferentes formas de ver el mundo. En ese contexto, ejerce el papel de traductor y mediador malicioso, que crea mundos, pero recuerda que son inaccesibles.

Los secretos del artista

El trabajo de Juan Cárdenas es complejo en términos técnicos y conceptuales, pues requiere de un proceso lento para ser elaborado. Por esta razón, solo produce pocas obras al año. En ellas, la línea de horizonte, que determina por oposiciones un espacio; la línea vertical, que en muchas piezas se construye con la presencia del cuerpo humano; las formas rectangulares y cuadradas constituyen los entornos.

Y Cárdenas juega con esas reglas y las transtorna, como lo hicieran Giorgio de Chirico, René Magritte o Francis Bacon. Por ello, al mirar una de sus piezas, el espectador puede detectar situaciones levemente “incorrectas”. Sin embargo, no le queda fácil saber exactamente en dónde reside ese error o distorsión que fue elaborada con intención y que suma puntos a la obra.

De la misma forma, cuando se acerca a las obras de Cárdenas, el espectador percibe múltiples informaciones sobre profundidad de campo, distancias y volúmenes, pero a la vez, se hace consciente del artificio y debe reconocer las pinceladas y las manchas que se esconden, pero se hacen evidentes en las superficies de cada lienzo y de cada creación artística.

Cárdenas también juega con capas que se superponen, en lo que el llama los “talleres del artista”, uno de sus temas favoritos. En esos espacios arquitectónicos es donde más se produce ese encuentro con obstáculos de la mirada que va, viene, choca y rebota y vuelve hacia el frente donde se encuentra el mismo espectador. En las obras de Las Tapias también se observa un efecto similar al mencionado.

En los primeros planos, aparece el verde dócil de jardín interior. Luego viene la línea de horizonte y la promesa de transitar hacia las profundidades del terreno representado, que se encuentra con una asfixiante tapia, un muro que impide la fuga e interrumpe las expectativas del ojo que quiere ver mucho más de lo que en realidad ve y de lo que el pintor le ofrece.

Una vida dedicada al lienzo

Juan Cárdenas se ha desenvuelto a lo largo de su carrera en el terreno de la pintura. Nació en 1939 y en 1947 emigró a Estados Unidos donde obtuvo el título de Bachelor of Fine Arts en la Rhode Island School of Design. Ese país, en los años 50 y 60, se encontraba influenciado por la figura de Clement Greenberg y por la preeminencia del Expresionismo Abstracto, en contraste con la aparición del Pop Art, el minimalismo y el conceptualismo.

Artistas como Mondrian y Josef Albers, este último vinculado a la Bauhaus, caracterizados por ser abstractos analíticos y reflexivos, han sido importantes en la obra de Cárdenas, que explora cuidadosamente los sistemas de representación que pueden llegar a proyectar, en un espacio plano, el mundo diverso y variante que nos rodea, y se encarga de conocer al sujeto moderno y la primacía de su mirada.

Cárdenas, además, ha hecho carrera como docente. Dictó cátedra de dibujo, durante varios años, en la New York Academy of Art. Ha expuesto en el Museo de Arte Moderno de Cartagena y en la Galerie Claude Bernard, en Paris. Recientemente, diseñó el telón de boca del teatro del Centro Cultural Julio Mario Santo Domingo y el afiche del III Festival de Música de Cartagena.

Así, con la exposición de Juan Cárdenas, la Corporación Club El Nogal confirma que se ha consolidado como un centro cultural y como uno de los espacios más importantes que apoya la creatividad de los artistas nacionales.
Juan Cárdenas en el Club El Nogal
Juan Cárdenas en el Club El Nogal
http://www.askart.com/AskART/photos/CNY20070529_3819/138.jpg

http://images.artnet.com/artwork_images_345_570920_juan-cardenas.jpg

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